viernes, 22 de mayo de 2020

TODAVÍA ESPERAMOS. ¡PRUDENCIA!


Cuando hay mucho ruido 

se agradece el silencio. 

 


Llevábamos dos meses mandando mensajes diarios, mensajes de ánimo, de agradecimiento, de esperanza,... y también de sorpresa, de tristeza y rabia. Mensajes que se mezclan con los que aparecen en los medios de comunicación, en las redes sociales, en las conversaciones a distancia,… Mensajes cruzados, a menudo enfrentados, no pocos malintencionados, algunos manipulados y demasiadas mentiras disfrazadas de verdades. ¡Demasiados mensajes!

Tal vez por eso, hemos hecho un hueco al silencio. Unos días callados. Unos días madurando todo lo que nos está pasando, dar tiempo a poder cerrar la boca de asombro que se nos ha quedado. No hemos desaparecido, seguimos aquí. Seguimos con prudencia. Esto no ha acabado. Tenemos muchas ganas de salir, de juntarnos, claro. De mirarnos a la cara y contarnos.

Contarnos y que no falte ninguno. 




Días duros, sí. Días para engordar en sabiduría, humildad, en ternura y consideración hacia los demás. Días para convencernos de que lo que hacemos cada uno de nosotros resulta importante para todos los demás. Cuidarse uno mismo se ha convertido en un acto de generosidad. Cuidar a los otros en una medicina más. Cuidar a los que cuidan la mejor vacuna contra cualquier enfermedad, incluso contra los virus del egoísmo y del “valgo más que tú”.

  Cuidar a los que cuidan la mejor vacuna 
contra cualquier enfermedad.

PROMESA DE UN NUEVO DÍA.


Por eso, en El Recreo vamos a esperar un poco más para reanudar nuestras actividades, vamos a esperar un poco más para juntarnos, pero eso no va a impedir que estemos en contacto, a través de esta página, a través de los móviles, a través de los teléfonos fijos. No dudes en llamarnos, escribirnos o echarnos un grito, seguimos contigo. Queremos que estés a solas solo cuando tú lo decidas.

658 287819



¡Nuestra mejor medicina eres tú!


La Junta de El Recreo. 22 – 05- 2020


lunes, 11 de mayo de 2020

ESPERANDO EL PUNTO FINAL DEL CORONAVIRUS


GRACIAS POR DOS MESES CUIDÁNDONOS.




Dos meses, reconociéndonos solo tras las ventanas,

ventanas como párpados que se abren a la misma hora, 

ventanas que se hicieron aliento y latido, 

puertas a la esperanza. 


Dos meses cuidándonos de unos a otros, respirando al unisono desde nuestras casas. Dos meses apoyando a quienes nos cuidaban desde su trabajo. Dos meses dando un nuevo valor a lo esencial, a lo necesario y a lo superfluo. Dos meses en los que hemos descubierto nuevos héroes y como se les trata habitualmente. Héroes a los que se le deben atrasos, se les recorta la paga, se le deja en el paro, se les pone a trabajar con bolsas de basura en el pecho… y se les cuelan delante futbolistas, grandes empresas privadas y algunos personajes políticos para hacerles los tests.

Dos meses dando un nuevo valor a lo esencial, 

a lo necesario y a lo superfluo. 


El castillo de Monzón con el Pirineo al fondo.

En este dos meses hemos reflexionado que lo que hacemos, para qué lo hacemos y para quién lo hacemos tiene un nuevo sentido. Hemos caído en cuenta que nadie sobra, que todas las personas tenemos un valor, el mismo valor. Cada persona tenemos una importancia como persona, más allá de lo que hagas o dejes de hacer, independiente de lo que tengas, de lo que cobres, de lo que ofrezcas. Por eso nos preguntamos si a partir de ahora cobrarán más las celadoras, las limpiadoras, las reponedoras, las transportistas, las asistentes a domicilio, las cuidadoras de residencias, las sanitarias, las investigadoras, el profesorado, las guarderías,…y los trataremos mejor.

Nadie sobra, todas las personas tenemos el mismo valor.


Ballobar desde Zaidín.  En plena floración.
En estos dos meses hemos encontrado otros sabores y descubierto nuevos olores, otras sensaciones, otra manera de ver y oír la realidad. Tenemos la vida a flor de piel, con una nueva sensibilidad, donde los demás cuentan más y sé que lo que yo hago resulta importante para el resto. Hemos descubierto nuestra propia autoestima, como personas, como pueblo.


Con la vida a flor de piel


Alquezar
Tal como estamos, conviene respetar incluso al virus y no confiarnos. Nuestra prudencia, en esta peligrosa bajada, resulta fundamental. Lo que tú haces sigue estando entre lo importante, entre lo imprescindible. Tus silencios de estos dos meses, hablan a gritos ese “¡Tú me importas!”

Gracias a borbotones. No podemos perder estos dos meses de tantos desvelos de tanta gente. La alegría está sembrada, llegaremos a disfrutarla.


Gracias a borbotones por tu grito en silencio:

¡Tú me importas!


Tozal de la Cobeta.  Ruta Jubierre.  Monegros.

No podemos perder estos dos meses.

¡Punto final! Eso esperamos, de ese confinamiento. Sabes quien ha estado cerca de ti, también a ti te toca dar las gracias ahora.

Los aplausos hoy también son para ti. ¡Te lo has ganado! Vamos a seguir ganando. Te seguimos necesitando. Nos necesitamos todas. Nos despedimos con alivio, con este fuerte aplauso.

Albalate de Cinca. 11-05-2020

Pantano de San Salvador Albalate de Cinca.  Monte Perdido al fondo.



domingo, 10 de mayo de 2020

NO HAY NORMALIDAD Y NO VAMOS A VOLVERNOS SUBNORMALES.


VAMOS A SEGUIR CUIDÁNDONOS


No, no volvemos a la normalidad. 
Mañana damos un paso más, solo un pasito más. 

La prudente Abigail. Luca Giordano.

No nos encontramos en un estado natural, esta situación no es la habitual, ni la ordinaria y no sirve de norma o regla. Así que, en contra de lo que nos gustaría, no podemos comportarnos “normalmente”, aunque para alguno, solo para alguno, saltarse la norma resulte normal: “Me van a decir a mi lo que esta mal”. Eso no quiere decir que nuestra conducta vaya a convertirse en subnormal, tal como lo define el diccionario de la Real Academia Española: “de capacidad intelectual notablemente inferior a la considerada como normal”, que no tiene nada que ver con ninguna discapacidad, ya que todas las personas tenemos una discapacidad u otra, más o menos acusada. De forma subnormal se portará el que no siga los normas básica de cuidado y protección hacia las otras personas y hacia si mismo. El que haga el burro, vamos. 

De forma subnormal se porta 
el que no sigue los normas básica de cuidado 
y protección hacia las otras personas y hacia si mismo.

Alegoría de la pudencia. Tiziano.
Esto no es cuestión de opiniones. Nos jugamos mucho. No estoy hablando de obligatoriedad, ni de obediencia ciega, ni estar o no de acuerdo. Ni todos somos culpables, ni todos se pasan de listos. Ni todo está podrido, ni solo vale lo que digan los “míos”. Algún listillo conoces, claro, que le parece que es más que los demás y tiene derecho a todo; alguno, solo alguno, no la mayoría. Alguno con la mente estrecha que les parece que la razón la tiene toda él, claro, y que todos los demás están equivocados; alguno, solo alguno, no la mayoría. La mayoría sabemos escuchar, analizar, comparar, juzgar con sentido común y lógica científica o ciencia práctica aprendida. La mayoría acabamos teniendo paciencia y calma, tanta, que a veces hasta da pereza volver a salir de casa. La conducta de cada persona tiene repercusiones en todos los demás, incluso la de alguno, la de esos solo alguno. ¡Un poco de delicadeza por los demás!


La conducta de cada persona tiene

 repercusiones en todos los demás.


Sabiduría Prudencia así como Templanza. 
Antonio Zucchi.
La cosa está compleja, nunca había visto tanto sabio junto que, de repente, supieran tan poco, en todo el mundo. Nunca había visto tanto personal influyente soltando, de repente, nimiedades y tonterías, en todo el mundo. Nunca había visto tanta gente ajena al mundo de la salud y la economía, más bien de poca ciencia, reconvertidos, de repente, en expertos, dando lecciones y soluciones, en todo el mundo. He llegado a pensar, también de repente, si ya todos, y no solo alguno, nos hemos contagiado y que esos síntomas son efectos secundarios de la pandemia. El que sabía dice que no sabe y el más tonto hace botijos... o dice que los va a hacer,... después vas a beber y, en el mejor de los casos, el botijo está roto, sin asas y sin pitorro.

Cada uno podemos hacer lo que podemos hacer. Lo que está en nuestra mano, pero no por eso vamos a dejar de hacerlo, aunque parezca poco: cuidarnos a nosotros mismos y cuidar a los otros. Hacer un entorno más amable, rebajar el nivel de sufrimiento. Encontrar el regusto de las cosas sencillas, escuchar la voz de las cosas pequeñas, que nos hablan en silencio. Estamos heridos, quizá. Esta crisis nos va a dejar alguna cicatriz, posiblemente. Cicatriz que nos quedará como señal de victoria y que, con el tiempo, presumiremos de ella, como los del anuncio de “Veet men, crema depilatoria”. Resultará importante no salpicarnos de olvido. Prudencia de precipicio, que para caer basta un suspiro. El tuyo puede servir.

Aunque parezca poco: 

podemos cuidarnos a nosotros mismos y cuidar a los otros.


Alegoría de la prudencia. Luca Giordano


Hoy hace 25 años del gol de Nayim, que hizo conquistar al Real Zaragoza la Recopa de Europa de fútbol en París. A distancia también se puede acertar. No tocan todavía abrazos. Vamos a seguir cuidándonos. ¡Con responsabilidad !¡Oño!

Con la misma responsabilidad, seguimos aplaudiendo, sin racanería.

Albalate de Cinca. 10-05-2020

La prudente Abigail. Juan Antonio de Frías y Escalante.

sábado, 9 de mayo de 2020

RODEADOS DE AGUA Y LE DAMOS LA ESPALDA


NOS CONFORMAMOS 

CON TENER NUESTRO VASO LLENO



"Latimos al mismo ritmo que el río Cinca,

 contamos con un pantano salvador y 

un sistema de regadío que llega de antaño y nos 

riega a diario, un salvavidas". 


Pantano de San Salvador.  Invierno.


Y muchas veces le damos la espalda al agua, nos conformamos con no tener nuestro vaso vacío, he conocido a alguno que está feliz si ve vacío el del vecino.


El agua enriquece los regadíos de la zona, mejorando la supervivencia de la agricultura y ganadería. El río, a la orilla de la estepa, se ha convertido en autopista y cobijo para un importantísimo número de especies. El pantano ha cambiado el entorno y, si bien ha reducido el ambiente estepario con su régimen de vida específico, ha contribuido al incremento de una vida adaptada al humedal. Más de 200 especies distintas, solo de aves, han sido citadas en nuestros paisajes por reconocidos ornitólogos, algunas residentes, otras de paso y otras ocasionales. ¡Mucho pájaro suelto!

"Este entorno privilegiado posibilita 
 la explotación razonable de un turismo 
ornitológico y ecológico. 
 Y, debidamente acotado y regulado, 
la posibilidad de practicar determinados deportes 
respetuosos con el medio ambiente".

Pantano San Salvador. Verano.

Este marco privilegiado posibilita la explotación razonable de un turismo ornitológico y ecológico. Y, debidamente acotado y regulado, la posibilidad de practicar determinados deportes respetuosos con el medio ambiente: senderismo, marcha nórdica, ciclismo de montaña, remo, rafting, vela,… Tal vez no suponga todavía el motor suficiente para la necesaria reconversión del sector y que garantice un desarrollo económico sostenible, pero puede convertirse en el chaleco salvavidas que genere la riqueza suficiente para asegurar la pervivencia de la población en la comarca y, sobre todo, para uso y disfrute de los propios habitantes aumentando considerablemente su calidad de vida. 

Un pequeño paraíso, con su trozo de río, 

con su mar de juguete incluido 

y una primavera de olas de blanco y rosa. 

¡A que mola!

Río Cinca desde el puente de Albalate-Alcolea

"Los habitantes de esta tierra necesitamos 
conocerla, valorarla, respetarla, quererla, 
cuidarla y defenderla para llegar a disfrutarla".

A la vida le gusta esta tierra y la botella está más que medio llena. Los habitantes de ella necesitamos conocerla, valorarla, respetarla, quererla, cuidarla y defenderla para llegar a disfrutarla. Cuando digo agua, incluyo al caudal de personas extraordinarias que nos rodea, habitantes valientes, innovadores, supervivientes,... Acostumbrados a mirar al cielo, que unas veces da y otras quita. Gente que sabe que solo con esperar no se solucionan las cosas, que solo con la queja amarga no conseguimos nada, hemos aprendido que obras son amores.... 


Curso de piragüismo.
 
Así que, como siempre, ¡manos a la obra! Podemos ponernos el salvavidas y nadar cada uno por su lado en un “sálvese el que pueda” o podemos juntarnos para construir una balsa y navegar explorando nuevas vías de desarrollo: el propio pantano, el Cinca, la situación geográfica entre dos comarcas y equidistante de varios pueblos, lo rural como riqueza, el comercio de proximidad, redes de producción comercialización y consumo, cuidarnos de unos a otros, servicios que mejoren la calidad de vida y que conviertan la localidad en destino atractivo para visitar y amable para residir… 

Podemos soñar con un barco que nos permita navegar como pueblo en las aguas inciertas del océano de la actualidad y del que está por descubrir. Yo ya tengo una gorra de marinero.


 "Podemos soñar con un barco 

que nos permita navegar como pueblo".


Descenso en rafting por el Cinca. Bajo el puente de Albalate.


Para el coronavirus se encontrará una vacuna. ¡No hay duda! Para nuestro futuro como pueblo la vacuna está en nuestra mano y no necesita agujas.

Ahora mismo, lo que sí podemos hacer es sumarnos en el mismo aplauso. Aquí no hay sitio para el desánimo, no existe el cansancio. ¡Fuerza, cabeza, corazón y alegría!
Albalate de Cinca. 09-05-2020

Final del recorrido.  Esfuerzo conjunto.  Las Ripas al fondo.


viernes, 8 de mayo de 2020

EL CAGAPRISAS, EFECTO SECUNDARIO DEL CORONAVIRUS.


VÍSTEME DESPACIO, QUE TENGO PRISA.




A las duras siempre estamos. 

Parece que funcionamos mejor bajo presión. 

Hoy también hay luna.


Cuando tenemos un enemigo claro,... todos a una como una piña, todos como clavos. Agustinas de Aragón, a todo trapo. Ahora que a las maduras,... a las maduras todos queremos echar mano y “antes son mis dientes que mis parientes”. Pues las más duras parece que ya han pasado y está claro que las maduras no han llegado. Ahora estamos en ese himpás peligroso, en ese momento que la piña empieza a disgregarse, ya faltan algunos clavos, ya sobran distancias, mascarillas, guantes, y algunas ventanas ya no se abren.


"Ahora estamos en ese himpás peligroso, 

en ese momento que la piña empieza a disgregarse, 

ya faltan algunos clavos, ya sobran distancias,

 mascarillas, guantes, y algunas ventanas ya no se abren". 

Asomándolo al mundo protegido en los brazos.


El peligro sigue estando ahí. Los problemas anteriores siguen sin desaparecer, aunque al bajar la actividad humana, algunos algo han mejorado, como la crisis mediombiental, lo que nos indica que todavía podemos hacer más. Sigue habiendo otros que han aparecido en los últimos tiempos y a los que todavía no hemos encontrado acomodo: la biotecnología, el mundo virtual, la inteligencia artificial, la privacidad, el tratamiento de los datos,… Aún no hemos resuelto los problemas de siempre: egoísmos, ambiciones, supremacismos, desigualdades estructurales, abusos, explotaciones, restricciones de derechos y libertades,… Y el virus resiste. Aquí no acaba de marchar y en otros países vuelve a rebrotar. Un sopapo “¡p’habernos matao”, que quizá sirva para espabilarnos, recordarnos como humanos limitados, sometidos a dificultades y peligros. A ver si sirve para aprender que problemas comunes precisan soluciones comunes. No vale aquellos dichos de “A quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga” o el de “Arriba España, y yo quieto en la cabaña. 


 "Problemas comunes precisan soluciones comunes".



A quien más y a quien menos nos va tocando el Cagaprisas intentándo arreglarlo todo a prisa y corriendo. Sin solucionar los problemas, tenemos prisa por volver. Volver ¿a dónde? La pandemia sí puede volver, volver a resurgir en cualquier momento. No está descartado un nuevo confinamiento, entra dentro de las previsiones. El desánimo, el hartazgo, el derrumbe, podrían ocasionar más daños que el propio virus y recuerda ¿cuánto vale una vida? A ver si va a costar más la salsa que los caracoles. Aún recuperados, existen dudas de que pudiéramos volver al punto en el que estábamos, quizá haya cambios que perduren. En cualquier caso, si se pudiera, volveríamos al mismo punto en el que un simple virus ha ocasionado una verdadera catástrofe y ha acorralado a toda la especie humana, a la sociedad tal como la conocemos. ¿Prisa para eso? Poca risa.

¿Prisa para volver al punto en el que un simple virus 

ha ocasionado tal catástrofe?



 
Virus y otro tipo de amenazas las tenemos ahí, necesitamos afrontarlas con herramientas que ahora mismo no tenemos o están debilitadas. Así que volvamos con prudencia, sin descuidarnos y “vayamos vistiéndonos despacio, que tengo prisa”, de forma adecuada para la ocasión y con los complementos necesarios. Lo del disfraz está muy bien... para el Carnaval. No queramos aparentar más allá de nuestras posibilidades, que luego, a los pobres desgraciados, nos culpan de todos males, mientras acaban lavándose las manos otros.

Llevo todo el día con una canción que no me puedo sacar de la cabeza, solo los mayores se acordarán, “La calandria”, la letra decía así:


"En una jaula de oro  
pendiente del balcón  
se hallaba una calandria  
cantando su dolor
hasta que un gorrioncillo 
a su jaula llego 
si usted puede sacarme
con usted yo me voy.
Y el pobre gorrioncillo  
de ella se enamoro 
y el pobre como pudo  
los alambres rompió
y la ingrata calandria  
después que la sacó 
tan luego se vio libre
Voló, voló y voló.
El pobre gorrioncillo 
todavía la siguió  
a ver si le cumplía  
lo que le prometió
la malvada calandria  
esto le contestó
a usted ni lo conozco
ni presa he sido yo
...".


Un poco de cautela y sensatez mancomunadas. 


¡Todavía pronto para cerrar la ventanas! Te propongo volver a asomar el morro y aplaudir, que esto no ha acabado.

Albalate de Cinca. 08-05-2020


jueves, 7 de mayo de 2020

CARTA AL VECINDARIO DEL CORONAVIRUS.



Querida vecina, querido vecino:


Espero que al recibo de ésta te encuentres bien.

 Nosotros nos encontramos bien. 

Nos encontramos bien gracias a ti.



En estos tiempos difíciles, cuando todo parecía indicar que la solución a tantos problemas está en una fraternal humanidad entrelazada, no sabemos si por accidente, por castigo o impunemente, el beso, el aliento, la palabra, la cercanía con la gente, se vistieron de enfermedad y muerte, abriendo las puertas del infierno, invitando a heroísmos.

 el beso, el aliento, la palabra, la cercanía con la gente, 

se vistieron de enfermedad y muerte


Y allí apareciste tú.


Y allí apareciste tú. Con tu bata, con tu mono, con tu mejor traje solidario, con tu sonrisa tras la mascarilla, con tu puerta cerrada, con tu “este mes con recibos y sin ingresos”, con tus ojos preguntones encendidos como faros, con tu huerto de visitas a escondidas, con tus soledades, con tus ausencias, con tus responsabilidades crecidas, con tus manos vacías dispuestas a sumar, con tu cara de asombro apenas adivinada en la cola de la compra, con tu comprensión como filtro, con tu abrazo en el gesto al cruzarnos, con tus llamadas para estar con el que está lejos y te gustaría estar, con tu “yo me quedo en casa”, con tus gracias desde la ventana, con tu esperanza a veces acorralada, con ese cariño que no se acaba.



¡Gracias! Estoy bien y te lo debo también a ti. Fuera, la tormenta, sí. Cerca, cuento contigo, sin ti no soy nada, como dice la canción. Me siento persona más segura que con una compresa fina, si tu me cuidas. Vecina, vecino, ya contaba contigo, hoy sé que me eres imprescindible. Tú, junto al resto de vecinos, os habéis convertidos en mi mejor paraguas, cuando se despliega la mejor versión de cada cual. Casi me siento inmortal, protegido por tu cariño, mientras noto como el virus se vuelve mortal, tan vulnerable como cuando los humanos estamos solos. Juntos vamos a aislarlos, al virus, a la enfermedad, al dolor, al sufrimiento, vamos a cerrar las puertas del infierno que, sin querer, hemos construido. 

 me siento inmortal, protegido por tu cariño


he sentido una conexión de vecinos


¡Gracias! En la distancia he sentido esa conexión de vecinos. Aun en la distancia, los nadies vamos a hacernos más que alguien. A pesar de la separación, los invisibles nos vamos a dejar ver. Ya nadie sobra. Hasta las babas de un gusano se convierten en seda tras la observación, la sabiduría, la paciencia, la voluntad y muchas manos empujando en la misma dirección. Me llamarás optimistas si quieres, yo creo que hay cosas que no existen hasta la palabra que las nombra. Tal vez por eso las cosas que quiero las nombro una y otra vez. Y a ti te quiero.

  Ya nadie sobra.

Un abrazo muy grande.

Firmado: Una de muchas.

Albalate de Cinca. 07-05-2020




miércoles, 6 de mayo de 2020

EL PRECIO DE LA VIDA


¿VALE LO MISMO CON CORONAVIRUS?



Sí, yo también de esos, de los que no saben no contestan. 




No, no sé donde está la solución a todos los problemas. Tenemos problemas sin soluciones. Tenemos soluciones sin problemas. Tenemos soluciones que no resuelven problemas. Tenemos problemas que no sabemos.  Tenemos soluciones que crean problemas. Tenemos soluciones que no sabemos, otras que no queremos, otras que tememos... tenemos soluciones, solo falta encontrar para qué problemas.

Yo no sé, no contesto. No lo tengo claro. Creo que 

vivir consiste en eso, en ir resolviendo problemas.


No pueden tomarse decisiones sin cometer errores, tomar decisiones implica elegir una opción entre varias y, una vez vistos los resultados, puede valorarse qué otra opción hubiera resultado más beneficiosa. Hay decisiones que pueden rectificarse y otras que resulta demasiado tarde.

Yo no sé, no contesto. No lo tengo claro. Creo que 

vivir consiste en eso, aprender tropezando.



Ya sé que hay gente que tiene soluciones para todo y que critica cualquier decisión que toman otros, intentando convencer a los demás de que su opinión, sin responsabilidad, es la que habría que tomar. También los he visto defender una cosa y la contraria, dependiendo del día y de quién lo proponía. En su entusiasmo, en ocasiones sin aportar alternativa, se llevan por delante no solo a la idea, la propuesta, la medida tomada,… descalifican al otro, a la persona entera, al grupo al que pertenece y, de paso, a todos los que identifica con esa corriente de pensamiento.

Yo no sé, no contesto. No lo tengo claro. Creo que 

vivir consiste en eso, convivir respetando.




Parece ser que lo digital se va imponiendo por encima de la realidad. Nos informamos y nos comunicamos digitalmente, últimamente hemos pasado de “estar con el que no estás para no estar con el que estás”, al “estar con el que no estás para no estar”. Claro que ahora resulta importante donde estás y con quién puedes estar, así que, digitalmente, se va a controlar donde estás, incluso va a sonar una alarma si estás con alguien a menos de dos metros. “¡Cuidado, ser humano cerca!” En vez de avisarte de que tienes a un virus, la amenaza real, pues no, hemos convertido a la otra persona en peligrosa. Y los niños repartidos, un rato digital y otro separados. "¡No tocarse, no medirse, besarse... solo con la mirada!"

Yo no sé, no contesto. No lo tengo claro. Creo que 

vivir consiste en eso, entrelazarse unos con otros .



Se anuncian reacciones al nuevo tiempo de “desescalada”, donde el miedo, la preocupación, la ansiedad, la angustia o incluso la pereza impiden salir de casa. Claro que conviene tener en cuenta si vives en una jaula de oro con jardín y vistas o en una caja de cartón en un patio interior. El distanciamiento está sirviendo como medida terapéutica, algo provisional, con graves efectos secundarios, no sirve ni como cuidados paliativos y mucho menos como solución permanente.

Yo no sé, no contesto. No lo tengo claro. Creo que 


vivir consiste en eso,  

en la unión de las personas está la solución, 

no en el distanciamiento.




Yo no sé, no contesto. No lo tengo claro y me pregunto: 


¿Qué precio tiene la vida? 


¿Qué está por encima de la vida de los seres queridos? Seguro que la economía, el déficit, la prima de riesgo, el IPC, la balanza comercial, un puesto en cualquier ranking,... no está entre ellos. 

 Y ¿una vida sin poder acariciar, abrazar, besar? 

 ¿una vida con filtro? 

¿una vida a más de dos metros?

Este aplauso vuelve convertirse en abrazo y en la promesa de los que nos daremos tocándonos de verdad.

Albalate de Cinca. 06-05-2020

Vale, no vale, vale,...

martes, 5 de mayo de 2020

OFICINA DE OBJETOS PERDIDOS.


LOS PUEDES RECUPERAR


En el Ayuntamiento se han recogido distintos objetos perdidos. Algunos llevan mucho tiempo y otros se han encontrado en las últimas horas. Si puedes demostrar que son tuyos, solo tienes que pasar a buscarlos.

Ceder.  Celeste Aires.  Libro Amar. Palabras aladas
 Citamos los objetos aquí depositados:

- Unas palabras dulces y unas cuantas cosquillas sueltas.

- Unos gestos amables en una bolsa de papel reciclado.

- Un paquete de “por favor” que se encontró en la basura.

- Un saco de delicadeza que olvidaron en un autobús.

- Un estuche de caricias que encontraron en las ruinas del cine del cura.

- Un lote de maletas de cuidado abandonadas en la estación donde ya no para el tren. El lote está compuesto por: un bolso de mano con “te quieros”, un neceser con besos, abrazos y mimos, una maleta grande de “me importas”, hay cuatro maletas medianas iguales que contienen apoyo, ayudas, colaboración y generosidad, y una muy grande de cariño incondicional.

 - Hay tres relojes, uno mide el tiempo de dedicación apasionada, otro el de esfuerzo entusiasta y un tercero para calcular el que se dedica a escuchar.

Escuchar. Virginia Piñón. Libro Amar. Palabras aladas
 
- Un juego completo para entrenar la voluntad, se encontró tirado junto a una bicicleta estática, un puzzle de 5.000 piezas y una dieta de adelgazamiento. Estás tres últimos ya las hemos reciclado dada la demanda existente.

- Un sobre lleno de compromisos, promesas y proyectos que se empezaron y nunca concluyeron. Se pueden reciclar y llevarlos a buen término.

- Una pecera con peces payasos de humor contagioso. Su cercanía produce efectos secundarios, provoca sonrisas, alguna carcajada y un cambio de actitud positiva durante largos periodos de tiempo. No sabemos si funcionará, lleva algún tiempo sin agua.

Responsabilidad. Evangelina prieto. Libro Amar. Palabras aladas

- Una jardinera con semillas y bulbos de respeto, tolerancia, saber ceder, amabilidad, simpatía, paciencia, permisividad. La tierra la tienes que poner tú, regarlas, abonarlas, darles conversación y cuidarlas. Puedes emplear el lote de maletas citado antes.

- Unas gafas de optimismo, seminuevas, sin cristales. No está mal, porque así puedes poner el color que más te mole. El verde esperanza suele resultar muy bien. El amarillo se lleva demasiado, no resulta recomendable.

- Guardamos una capa de “espero siempre lo mejor” forrada de “pienso bien de los demás”, tejido en confianza de la mejor calidad. Muy confortable y acogedora, tiene un efecto mágico que hace desaparecer los monstruos y amenazas que pudieran existir alrededor. Cuenta con dos bolsillos interiores uno para la empatía y otro para la comprensión. No confundir con la capa del cura que eso es otra cosa. Va a juego con un sombrero para vestirte de sinceridad. Unos guantes de acuerdo y diálogo y un paraguas de bondad para compartir y que plegado sirve para defender con coraje la libertad.

- Un almohadón de esperanza que, al reposar la cabeza, los sueños se hacen posibles, los ojos se iluminan y los pies se ponen a caminar.


Libertad. Martín León Barreto. Libro Amar. Palabras aladas

- Quedan retazos grandes, todavía en buen estado, de paz y

justicia, difíciles de colocar.

Muchas cosas hemos ido perdiendo y las podemos recuperar. En el rencuentro todo se valora más y crece la alegría. Y ¿sabes una cosa? Estamos en tiempo de cerezas y estos objetos, están como cerezas en cesta, que al tirar de una salen todas ellas. 

¡Qué los malos tiempos nos pillen enganchados como cerezas!

¡Qué nadie se quede olvidado en el culo de la cesta!


¡Aplausos como racimos de cerezas! Con la misma dulzura, con la misma entereza.
Albalate de Cinca. 05- 05-2020

Cerezas a punto de coger que tal vez no se recogerán.

lunes, 4 de mayo de 2020

TEJER REDES CONTRA EL VIRUS Y MOSCARDAS.

EN LUGAR DE COSER MASCARILLAS



La solidaridad nos ha impulsado a coser mascarillas, faltaban y resultaban necesarias. Las podíamos hacer y se han hecho. ¡Ojala no haya que volver a hacerlo!

 

 

Un simple virus, tan pequeño que necesitamos un potente microscopio para verlo, ha servido para darnos cuenta de nuestra vulnerabilidad como especie. Si a esto añadimos las casi olvidadas inundaciones y otros desastres consecuencia de las alteraciones climáticas, se nos cae a pedazos la confianza ciega de omnipotentes dueños del universo. 

No está mal un poco de humildad. 

Tal vez la Tierra nos este poniendo de nuevo en nuestro sitio.


¿Dónde está nuestra fuerza? ¿Dónde reside nuestro poder? Lo que todavía hoy consideramos como riqueza, que también eso ha cambiado, ¿cómo está repartida? Los más tenemos menos, los menos tienen más. Y ¿para qué sirve, si teniendo no hay quién haga mascarillas? ¿Para que sirve, si teniendo, no hay quien cultive tu comida, quién te la transporte, quien te la sirva, quien te limpie, quien te cure,..?¿Para que sirve, si teniendo no puedes respirar el aire que te sobra? ¿Para que sirve el agua si te rebosa, si te envenena? ¿Para que sirve ahora, el papel higiénico inútilmente acumulado?



Las personas dependemos unas de otras, dependemos de la tierra a la que pertenecemos, del aire que respiramos, del agua de la que estamos hechos, de la energía que empleamos. ¡Solos qué poco somos! Nos hacemos grandes cuando estamos unidos unos a otros y enraizados a la tierra como parte de ella. Así que volvamos a hacernos grandes, grandes frente al virus y grandes frente a la codicia de unos pocos. 



La solidaridad nos llevó a coser mascarillas porque las necesitamos. La necesidad ahora nos lleva a tejer redes. Redes que nos comuniquen unos con otros, redes que nos den seguridad, que protejan la salud, que reparta sabiduría, que nos hagan fuertes, que nos hagan grandes,... redes tiernas, nutritivas y confortables,… redes que no dejen fuera a nadie.



La solidaridad ahora, está en darle la mano al que tienes cerca, venga de donde venga, una red de proximidad, de apoyo mutuo, de confianza, de calidad humana, por encima de cualquier valor económico, de prestigio, de comodidad, de prepotencia, de “qué se habrá creído”,... un tejido fraternal que se va extendiendo con el efecto mariposa, una unión capaz de dar la vuelta a la Tierra ida y vuelta. Los más seremos mucho más, frente a los virus y las verdes moscardas.

Ahora necesitamos tejer, en encaje de bolillo tal vez. 

Faltan redes y resultan necesarias. Las podemos hacer.

¿Vamos a dejar de hacerlas?


Hilemos ahora nuestros aplausos. Acuérdate de quiénes te están cuidando y mañana trenza tu sonrisa con la suya. Ya son nudos de la red, no cortes el hilo. Aplaude para hacer un tejido más tupido, cuenta también conmigo.

Albalate de Cinca. 04-05-2020


RETOMAMOS ACTIVIDADES

 CANTAMOS, ANDAMOS Y NOS VAMOS DE VIAJE.