jueves, 30 de abril de 2020

OCUPANDO AUSENCIAS


LO QUE NO ESTÁ 

RECUERDA A LO QUE ESTABA.


La ausencia la presencia que había nos recuerda. 

  

Estos día nos hemos ido dando cuenta de lo que teníamos y no nos dábamos cuenta. Algunas cosas han recobrado un valor que no tenían: La salud y el sistema sanitario, la educación y el cuidado de niños y jóvenes, determinados trabajos que estaban en los escalones más bajos de la sociedad, la atención a las personas mayores y de los más desfavorecidos; la conciliación familiar, los seres queridos, el círculo de amistades y conocidos, la compañía, el sitio que tenemos en casa, el paisaje por la ventana, las pequeñas rutinas, sentir, pensar, ocuparte de lo necesario, cuidar y saberte cuidar,… la importancia de lo que hacemos cada persona para los demás. ¡Mira tú, tu propia importancia!


No sabemos que tenemos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Llenos de tanto, no notamos lo que de verdad nos hace falta. A la vez, la obsesión por lo que nos falta, que a veces no nos hace ninguna falta, nos impide disfrutar de lo que tenemos. 

 


Muchas veces tenemos la felicidad rodeándonos, rozándonos, incluso abrazándonos con todas sus fuerzas y no sabemos verla.

 

No apreciamos la presencia de la felicidad cercana, la ignoramos y seguimos buscándola como si estuviera muy lejos, transitando caminos que cada vez nos alejan más de ella. Caer en cuenta es lo que nos hace falta y levantarnos, tras la caída, para ir con ella de la mano, al menos, algún rato.


Vivimos rodeados de gente a la que queremos, que nos quiere. Sí, nos hemos dado cuenta cuando nos faltaban. Cuando las tenemos cerca las rodeamos de reproches, alguna bronca, algunos morros, algunos silencios como castigo,... queremos manipularlos según nuestro criterio, por “ su bien" les decimos... Nos falta decirles y demostrarles que les queremos, que les valoramos, lo que nos gusta, lo que les necesitamos y pedirles que hagan lo mismo.

Nos faltan flores, nos sobran punchas.

 


Nos hemos hecho especialista en la caza del error, el de los demás, por supuesto. Empleamos parte de nuestro tiempo y nuestras mejores habilidades críticas para descubrir lo que está mal, desde luego lo encontramos con facilidad. ¿Qué hacemos entonces? Quejarnos. También nos hemos hecho especialista en la queja. ¿Cómo nos quejamos? En cualquier sitio y de la manera menos eficaz posible. Nuestra familia, los amigos, los vecinos, al que nos encontramos en la tienda, en el bar, en las redes sociales,... aguantan nuestro chaparrón de resentimiento como si ellos pudieran evitarlo. No buscamos los destinatarios y los cauces adecuados para que nuestra queja resulte práctica, nos basta con convertirnos en víctimas ante los demás. 

  
Consecuencia de la ausencia de serenidad, comprensión, sensatez, buena voluntad y un poquito de humor. ¡Con lo que nos hace falta!


En unos poco casos, ese comportamiento se eleva un grado más, hay especialistas en convertirse, en guardias, fiscales, jueces y verdugos a la vez. Parecen tenerlo todo, sin embargo les falta consideración, empatía, compasión, humildad, modestia,… un poquito de “por favor”.

Otras veces, nuestro enfado lo dirigimos hacia nosotros mismos, culpándonos de lo que hemos hecho o dejado de hacer, con un nivel de auto-exigencia que impide que estemos contentos con nuestra conducta. Insatisfechos, frustrados y con una mueca amarga casi permanente. Entonces nos faltan sonrisas y un poco de autoestima que borre tanto ceño, tanta arruga, tanto estreñimiento.

¿Qué tal si nos ocupamos de llenar vacíos y ausencias con lo necesario para todas las personas, en lugar de con los deseos insaciable de unas pocas? ¡Guay! ¿No?


Nos sobran “si, pero...” nos faltan “¡gracias!”.


Hasta entonces llenemos algunos vacíos con aplausos.
Recordemos algunas ausencias con palmas.
Recordando que lo que tú haces nos hace falta.

Albalate de Cinca. 30-04-2020.


miércoles, 29 de abril de 2020

COPOS DE PRIMAVERA.

DESEOS ALGODONOSOS.


Los niños ya están en las calles. En su aventura cotidiana pueden cazar el vilano de un diente de león o tal vez pueda sumergirse en una nevada de bolisas algodonadas de chopo, no podrán resistir la tentación de soplar para esparcir las semillas de sus deseos. 



Los mayores no se resignarán a convertirse en meros espectadores, participarán animando con una sonrisa tierna, efecto secundario irremediable de estas escenas, contagiándose con la luz inocente que sale de su mirada y, quedando hipnotizados por la magia del vuelo de aquella promesa de vida, empujarán con su propio aliento los anhelos infantiles.


Sé lo que estás pensando ¡Malditas pelusas que me causan alergia! Puede que le tengas alergia a lo antipático que resulta limpiar esa acumulación de bolisas en tu puerta, en tu jardín, en el huerto,… o en las ventanas de tu nariz. ¿Y la alergia de verdad? La alergia se tiene al polen, el polen lo liberan las flores que salen antes que las hojas del árbol, los vilanos transportan las semillas y no causan estornudos, ni ojos rojos, ni ahogos. No, los vilanos del chopo no causan alergia. Vi-la-nos no villanos. Hay otros árboles, plataneros, cipreses, oliveras,… que tiran el polen y esconden la rama, y estos si que resultan culpables de las alergias de esta temporada. Vamos, como la vida humana misma, que unos llevan la fama y otros cardan la lana.

Hay otros árboles, plataneros, cipreses, oliveras,… que tiran el polen y esconden la rama,

 
¿Peligrosas las bolisas? Tienen su peligro ya que resultan muy inflamables y con algún descerebrado cerca, con basuras de esas que “se olvidan”, botellas, vasos de plástico, cenizas mal apagadas, cigarrillos,… se puede montar alguna. También tienen su peligro por la alta capacidad para trasladar sueños y con los sueños hay que tener mucho cuidado porque pueden cumplirse. Otro peligro está en su contemplación desde la ventana, te produce una cosquillas en la mirada, con un poder de embeleso tal, que hace desaparecer el tiempo y te quedas atrapado en una calma difícil de lograr por otros caminos, sumergido en un ¡ay! de nostalgia. Ese efecto tiene su explicación. 

También tienen su peligro por la alta capacidad para trasladar sueños y con los sueños hay que tener mucho cuidado porque pueden cumplirse.


¿Cómo es una nevada con copos de chopo? Resulta mucho más entretenida que cualquier nevada. Las nevadas caen habitualmente hacia abajo, hacia un mismo lado si hay ventisca. Las nevadas de pelusas resultan imprevisibles, suben y bajan, se mantiene en el aire, cambian de dirección, caen al suelo y se vuelven a levantar, bailando una melodía audible solo para personas sensibles nivel avanzado…y la nevada algodonada resulta imprevisible hasta que llega el Cierzo que, como autoridad competente, decide a dónde tienen que ir, donde se tiene que amontonar. Aún así, las bolisas acabarán mezclándose contigo, acabarán debajo de tu cama. Cómo y por dónde han entrado resulta un misterio todavía por resolver. No se entiende que, después de tantos años de evolución, no les haya enseñando su madre, la hembra chopo a sus semillas, que no puede nacer un árbol en lo alto de mi armario. Quiero pensar que se trata de generosidad, producen tal cantidad de copos blancos, para que su regalo de esperanza de vida llegue al último rincón, para que haya para soplar cada uno de los deseos niños, o de los mayores que conservan su niño.

. ..regalo de esperanza de vida para que llegue al último rincón, para que haya para soplar cada uno de los deseos niños, y de los mayores que conservan su niño.


Tal vez aprendamos de los álamos y derrochemos generosidad. ¿Cuántos copos tienes tú para repartir? ¡Qué nadie se quede sin la suavidad de los vilanos! ¡Soplemos juntos luego, esta nevada de primavera.!


¡Qué se note el soplido en forma de aplauso!
Si el chopo no se cansa de repartir por un si acaso, ¿vamos a cansarnos nosotros?
¡Vamos con ese aplauso generoso!

Albalate de Cinca. 29-04-2020



martes, 28 de abril de 2020

¡AL TEATRO!


HOY, AL TEATRO

 

EL PATIO DE TEATRO. Del pintor aragonés Pablo Gonzalvo y Pérez (1827-1896).

Hace tiempo que no vamos al teatro ¿A que sí?. Pues hoy, vamos al teatro, teatro de verdad, con escenario, decorados, telones, patio de butacas, actores profesionales, protagonistas y de reparto, figurantes, tramoyistas, orquesta, clá, público,… incluso boicoteadores profesionales, eso sí tendrás que imaginártelo. Así que siéntate en tu sillón que empieza la función:

¡Se levanta el telón! En medio del escenario una mecedora y una mesa camilla que se ven tras una ventana en un pequeño salón. En la mecedora una abuela muy digna está haciendo calceta. Llega un hombre de mediana edad, vestido con un chándal.

-¿No estás preocupada?- le dice a la abuela.
- ¿Eso ayudaría?- le responde ella, mirándole con ternura a la cara.
- Pero no puede evitarse- le responde con incertidumbre.
- Mira hijo, la mayoría de las cosas que nos pasan no pueden evitarse, cierto, el cómo nos tomamos lo que pasa, sí está en nuestra mano. La preocupación es como esta mecedora: te da algo que hacer pero nunca te lleva a ninguna parte.

Llega cantando un niño pecotoso imitando a Balú el oso del Libro de la Selva: -“Busca lo más vital, no más, lo que es necesidad, no más, y olvídate de la preocupación. Tan solo lo muy esencial para vivir sin batallar y la naturaleza te lo da-
-Ya está aquí el terremoto- Dice enfadado el hombre del chándal.
- ¡Deja que entre la alegría! ¡Ay mi nieto que salero tiene!-

Entra un abuelo con la boina calada. - ¡Toma el salero! – le dice acercándoselo a la abuela.
-¡Pasa fuera! Que no quiero ningún salero, si acaso para echarte la sal que a ti te falta-
- Tengo mocos. Toso y me ahogo un poco. ¿Tendré el coronabicho ese?
- ¡Calla desustanciao! Siempre tienes mocos, toses y te ahogas ¡Si no fumaras!
- No sé, es que también me han entrado ganas de hacer el testamento-
- ¿No te encuentras bien, yayo?
- Tu abuelo es un caguetas, que se piensa que se va a morir y está más fuerte que un roble, pero sin cabeza como el árbol.
- Añorados, hijo. Todos echamos de menos algo, a alguien. Nos duelen las ausencias, lo que nos falta.
- Bueno, solo faltas tú poniendo miedo. Lo único que debemos temer es al miedo mismo y una vida vivida con miedo es media vida.
- Eso es verdad - dice el abuelo. No hay que temer nada en la vida, solo hay que entenderlo. Ahora es el momento de entender más, para que podamos temer menos.


- Es que… la cosa se está poniendo fea- Insiste el hombre del chándal. En cuanto pase ésta, nos esperan otras crisis, económicas, climáticas, tecnológicas, y no saldremos si no priorizamos lo común sobre los intereses privados, si no protegemos a los más necesitados, si en el planeta no evitarnos convertirnos en virus.
- Por lo menos el distanciamiento os evitará algunas zancadillas- Dice la abuela con sorna y una media sonrisa.
- Sí, que te lo has creído tú. También eso se reinventará y crecerán las zancadillas a distancia- Dice el abuelo con gracia.
-No siempre puedes obtener lo que quieres, pero si lo intentas a veces obtienes lo que necesitas- Dice el hombre del chándal.
- ¡Tira pues! que tenéis faena- Concluye la abuela.

Se baja el telón de este 1º acto. No sabemos como continuará, esperemos que no se convierta en drama y siga como amable comedia.
Mientras tanto aplaudimos.
Aplaudimos a los actores que vemos y a todos los que están detrás.
Albalate de Cinca. 28-04-2020


lunes, 27 de abril de 2020

LLUEVE


¡LLUEVE! LLUEVEN PREGUNTAS.


Sí, está lloviendo y vuelve llover, como no ocurría hace tiempo.
Miro y me quedo bizco de tanto mirar, más allá de la lluvia no puedo ver. Llueven preguntas. Auténticos aguaceros de interrogantes acompañados de algunas tormentas.
Igor Mudrov, gallery
Y con lo que está lloviendo, ahora nos toca desescalar. Desescalar sin que nadie conozca muy bien el terreno y sin saber muy bien a dónde ir. Llueven preguntas: ¿La desescalada va hacerse en rápel? ¿esquiando? ¿en bicicleta y sin frenos? ¿Vendrá quizá a rescatarnos un helicóptero y personal sanitario? ¿Llegarán guías especializados y nos abrirán camino para facilitarnos el descenso? ¿Bajaremos encordados asegurándonos de unos a otros? ¿Bajaremos de culo? ¿Cada uno como pueda, heridos y mal calzados? ¿Bajaremos ayudados con una patada y a redolones?… Sí, ¡claro! llegar llegaremos, cara abajo hasta la mmmm... corre.
Lo primero la salud por supuesto, pero… ¿de quién? Por primera vez ¿los del pueblo seremos los primeros? ¿Tendremos algunas ventajas? ¡Sí, p’a tus morros! como se dice por aquí.
Ya se ha puesto en duda casi todo. Descalificados partidos políticos, sindicatos, ONGs, asociaciones de todo tipo, prensa, ayuntamientos, gobiernos, países enteros… Estamos poniendo en duda a la propia población, al vecino, al amigo,… Si no confiamos en la gente y cualquier institución ha perdido la credibilidad, ¿de quién nos fiamos?, ¿del último gurú de turno?, ¿de un empresario iluminado?, ¿ lo dejamos todo al arbitrio de un gran dictador? Ni los principales líderes mundiales se han sabido juntar para afrontar esta crisis ¿Tú lo harías mejor? Tal vez sí, y ¿quién se fiaría, si ya nos fiamos de nadie? ¿Nos hemos hecho peces y estamos en la pecera, sin memoria, esperando que nos echen desde arriba la comida?

Foto de PIXERS

Normas y reglas que existían, que existen todavía, y que resultaban antes útiles, no van a solucionar los nuevos problemas. Necesitamos tomar medidas, unas pocas urgentes y transitorias, otras más persistentes. Algunas ya se han tomado, medidas que unos días atrás parecían imposibles y que marcarán lo que va a ocurrir después. Errores ha habido y seguramente volverá a haber, solo el que toma decisiones se equivoca, eso sí, los otros siempre se equivocan más y algunos se equivocan por miedo a equivocarse.
Sigue lloviendo, llueven preguntas: ¿Qué decisiones? ¿Quiénes van a tomarlas? ¿Cómo? ¿Desde qué participación? ¿Con qué colaboración internacional? ¿Qué papel va ha tener la población? Bueno... lo del papel, vamos a dejarlo, que aun hay mucho papel, del higiénico, por gastar.

J. María Gómez Vera
Llueven y llueven preguntas: ¿Cuántas sonrisas se ocultarán todavía tras las mascarillas? ¿Cuántas lagrimas se derramarán a solas? ¿Qué desinfectante emplearemos para limpiar, odios, egoísmos, codicias, ignorancias,…? ¿Cómo volver a confiar en los demás? ¿Cuándo el cuidado y la colaboración podrá más que el miedo? ¿Nos llegará p’aciencia, para ciencia, para investigación, para sanidad, para educación,... para fin de mes? ¿Quedarán abiertas ventanas con personas dispuestas a mojarse por una más sana forma de vivir?… Hablando de mojar ¿Nos valdrá el bikini este verano? ¿Saldremos sin escafandra? ¿Cuántos atletas saldrán a sudar por vez primera el próximo fin de semana? Y… más o menos mojados, cuando lleguemos abajo ¿nos quedará otra cuesta que subir? ¡Cómo llueve!

¡Qué lluevan también aplausos!

Albalate de Cinca. 27-04-2020

La lluvia. Claude Monet

domingo, 26 de abril de 2020

LA CALLE SE HA HECHO NIÑA,


SE HA HECHO PROMESA.

 

Foto de PIXNIO


Hoy la calle se ha hecho niña. Se ha hecho risas. Se ha hecho juguete. Se ha hecho compañera.

Hoy la calle se ha olvidado de sus cicatrices, de sus arrugas, de sus barreras injustificadas, de sus rodadas, de sus velocidades exageradas, de sus “aquí aparco porque me da la gana”, de sus “te apartas tú”, de su antipatía,… adquiridas en otras gripes pasadas,... Hoy ha lucido parte de su simpatía.

Hoy la calle ha ensanchado el abrazo que aprisionaba también a nuestra infancia.

Foto de la revista SerPadres

Hoy la calle, después de tantos días vacía y en silencio, se ha volcado, como nuevo héroe, en sostener patinetes y bicicletas, en rodar y botar pelotas, en echar carreras, en saltar a la comba, en jugar al escondite, en repetir el eco de gritos y canciones, en llenarse de porqués y otras preguntas, en hacerse amiga para disimular ausencias, en justificar su compañía para que merezca la pena dejar pantallas y ventanas,… en estirarse para separar a infantes amigos, en apurar la hora de visita, en cuidar que no les alcanzara ningún virus, ningún peligro, ningún sufrimiento.

Hoy la calle ha sudado, ha recogido alguna gota de sangre y ha llorado en la despedida. Hoy la calle vuelve a tener recuerdos. Se ha llenado de vida,... en régimen abierto, que aun continua la condena.

Dos niños en la calle / Canva

Hoy, cuando la calle quede de nuevo vacía, niños y mayores volveremos a hacernos preguntas y plantearnos cómo domar al “me aburro”, cómo alimentar al “no sé qué hacer”, como llenar los vacíos. Asustados al enfrentarnos a nada, al hacer nada, habituados al estar siempre haciendo algo, a veces peor que nada. Estos días hemos experimentado el no hacer: observar, pensar, meditar, recordar, crear, inventar, imaginar, tirarnos en plancha dentro del televisor, escudriñar distintas pantallas, mirar hacia dentro, desear,… Hemos hecho lo que no hacemos: compartir tareas de casa, cocinar, leer, escribir, telefonear, saludar a distancia, aprender el uso de la nuevas tecnologías, arreglar, limpiar, ordenar, acompañar juegos,… hacernos juego.

Hoy vamos a reconocer sin vergüenza que hemos jugado. Nos hemos incorporado de lleno a un juego con los niños, entregados en cuerpo y alma a esa actividad con ellos, nos hemos apasionado tanto que ha desaparecido el tiempo, hemos disfrutado como ellos, nos ha invadido un entusiasmo que ha implicado a todos nuestros sentido y energías y ¡cómo nos ha unido! Una actividad para nada y ¡qué sensación de logro! Jugando, le hemos ganado al tiempo. Que el juego no es solo cosa de niños. Sé de algunos, que hasta algún solitario... le ha entretenido.

Foto de Elena Shumilova


También los adultos podemos jugar. Muchas de las cosas fundamentales de nuestra vida las hemos aprendido jugando. Así que vamos a domar esos “meaburros” jugando, o divagando, muy distinto de hacer el vago. ¡Vamos a recuperar nuestro propio niño para poder sacarlo a pasear a la calle!

Hoy la calle ha vuelto, por momentos, a hacerse calle, un sitio amable para las personas, peatonas y sedentarias. Hoy la calle se ha hecho promesa de lo que puede volver a ofrecer.

¡Hora de aplaudir!
Mientras nosotros jugamos, hay gente ahí fuera deshaciéndose por cuidarnos.
Vamos a ayudar para que cada vez les llegue menos gente y, más pronto que tarde, volvamos a convertir las plazas y calles en un gran salón del pueblo.
Recuerda que aplaudir es mucho más que nada.

Albalate de Cinca. 26-04-2020

Foto de tuotrodiario

sábado, 25 de abril de 2020

ENVASADOS


SIN FECHA DE CADUCIDAD.

¿PROTEGERÁ A LA CEBRA LAS REJAS DE SU PIEL CONTRA LOS PELIGROS DE FUERA?


La primavera sigue agitada, transitando libremente sin cortapisas, sin bancos que le extorsionen, sin multinacionales que le exploten, sin pantallas que le aterroricen, sin vehículos que la contaminen, sin barbarie que la pisotee,... sin virus que la amenacen. Más contemplada que nunca. ¡La vemos tan diferente! Ahí fuera, en azules, blancos, plumas, flores, estrellas, separada a más de metro y medio, por un cristal limpio como hace tiempo.

Mientras, asomados apenas, seguimos envasados sin fecha de caducidad, sin puertas, esperando que abran el envase por el abre fácil y contemplar cómo nos van a reciclar. Hay algunos a los que no llegaron ni a congelar, siguen activos cuidando a todos los demás, agotados quizá. Luego sacaron del vacío a aquellos otros más productivos, para currar y volver a envasar. Mañana saldrán los más tiernos, acompañados, por poco tiempo y sin mezclar. Falta saber cómo se irán descongelando a todos los demás. ¡Qué no sea al Baño María, por caridad! ¡Qué no nos quedemos con la cabeza caliente y los pies fríos!

¿Qué va a pasar con nuestros mayores? No creo que los volvamos a mandar al contenedor del olvido donde, a veces, silenciados se les ha tenido. Seguramente nos hemos dado cuenta de que recuperando a la gente mayor conservamos nuestra historia, nuestra memoria, nuestra identidad, nuestra referencia vital,… nuestra humanidad de la que nos hacemos huérfanos si nadie nos vive esos recuerdos. ¡Cuidar a quien nos cuidó! ¡Respeto y dignidad es lo menos que les podemos dar! La mayor autonomía posible y unos cariñicos, que nunca vienen mal.
CEBRA APRISIONADAS TRAS LAS REJAS DE SU PROPIA PIEL.

 
Tal vez, sepamos valorar la defensa de lo pequeño, que se incorporen los mejores recursos para revitalizar reducidas empresas y comercios locales, para potenciar los productos de proximidad y de temporada, que se apueste por el desarrollo sostenible, que se ayude a la generación de grupos de consumo y de comercio solidario. Que el intercambio se selle con un apretón de manos, con un abrazo, con un ¡Gracias hermano! en lugar de... cargando una comisión.

Tal vez, una vez todo descongelado, se garanticen los servicios básicos en los rincones más pequeños y a todos los sectores de la población: la sanidad, la educación, el transporte, la comunicación, la cultura, el ocio, los servicios sociales,… Y se vuelva a instalar la alegría en los pueblos. Tal vez podamos convertirnos en un pueblo de caricias, cosquillas y risas, donde habita permanentemente la simpatía.

Tal vez, el perdón haya acabado con los sufrimientos y dolores antiguos y el agradecimiento haya colocado una sonrisa en cada rostro desenvasado cuidadosamente, junto a proyectos y recursos suficientes, ya sea con el abre fácil, las tijeras o el abrelatas. Para que, sin volver, volvamos a cogernos de la mano, niños, jóvenes, mayores y abuelos, y podamos construir una historia colectiva, donde el pasado no es desierto, y el futuro lo escribimos juntos, capaces de volar hacia un horizonte de apasionada compasión, de solidaridad, cariño y alegría. ¡Qué nadie vaya al contenedor del olvido!

 No lo podemos hacer sin ti. Así que estate atento, estate atenta, para cuando te toque salir de la lata. ¡Qué no se te pase la fecha de caducidad! ¡Qué al salir te salpique de arriba abajo esta libre primavera!

Aplausos para los que no se envasaron.
Aplausos para los descongelados.
Aplausos para los que van a desenvasar.
Aplausos para los que siguen enlatados y nos hacen tanta falta.

Albalate de Cinca. 25-04-2020


viernes, 24 de abril de 2020

LLEVAMOS LAS 40.

ESTA PARTIDA LA GANAMOS.

En esta partida de guiñote, del virus y la ignorancia contra la orgullosa humanidad y el miedo que le acompaña, nos venían mal dadas. Jugando contra una pareja de adversarios desconocida, ni un solo triunfo, malas cartas, descartados de nada, ¡menuda gilada! y soportando algunas trampas.


 Aguantamos a duras penas la primera mano y teniendo que soportar las fanfarronadas del virus:

- “Para ganaros a vosotros con la boina que ponga de compañero me sobra”- Dice el Covid ese.

No nos hemos callado: -La primera para los críos” les hemos contestado.

Ahora vamos de vueltas. La cosa está variando, llevamos ya las cuarenta, que no ganan, pero atormentan”, y algún triunfo. Hemos podido cambiar al compañero, miedo a dejado su sitio a esperanza. La sonrisa vuelve a nuestras caras a pesar de los disimulos. Marcamos con un caballo (el de San Jorge) alguna jugada, estamos a punto de tener una baza.


Virus e ignorancia se han dado cuenta que la cosa “pinta en bastos”. Han intentado cambiar una jugada.

- “¡Carta en la mesa pesa!” Les hemos dicho.

Se han puesto a hablar haciéndose el farute para despistar, lanzando mentiras al aire y les hemos recordado que

-“El guiñote lo inventaron un sordo y un mudo”.

Han provocado un murmullo alrededor, un público que estaba intercediendo en la partida a favor del virus y su pareja, hasta que hemos soltado aquello de

- “Los mirones de mármol y dando tabaco”-



Ya vamos conociendo a los rivales. “¡Qué te conozco bacalao, aunque vayas disfrazao!”

Los tenemos calaos, nos llegan mejores cartas y sabemos jugarlas.

- ¡Arrastro!, ¡el culo por un zarzo!

- ¡El oré, que todo lo ve!

- ¡Qué te he pillado en un renuncio!

La partida continúa y la vamos a ganar. ¡Está en nuestra mano! Un virus, que viene de fuera y sus aliados, no pueden ganarnos este juego. ¡Al guiñote no hay quien nos gane! A ver si termina la partida y podemos ir al huerto, a pasear, a enseñar a jugar al guiñote a los nietos. Y a empezar otra partida, un poco más tranquila.

Aplaudimos para animar a los que están jugando.
Aplauso anticipado a los que van a vencer. ¡Nosotros!

Albalate de Cinca. 24-04-2020


jueves, 23 de abril de 2020

RAMÓN EL DRAGÓN DE OROEL.

CUENTOS PARA CELEBRAR EL DÍA DE ARAGÓN 

DESDE LAS VENTANAS

La escuela ha dedicado a niñas y niños un cuento que se ha leído por megafonía.


RAMÓN EL DRAGÓN DE OROEL

miércoles, 22 de abril de 2020

LAS IMPORTANTES


IMPORTANTE ERES TÚ.


Ya lo sé, estás hasta las narices de que te digan que es lo importante. Y si lo importante es el camino, el pasillo de tu casa se ha convertido en importante. Tal vez por eso te has cansado de oír tonterías. Cómplice contigo, hoy quiero decirte ¡qué importante eres tú!

Pastor de los pirineos. Postal de principios del s. XX. Rosa Bonheur
Estos días hemos ido cambiando la visión que teníamos de las personas importantes. Hemos ido descubriendo que aquellas personas a las que la sociedad valora poco se han convertido en imprescindibles. Por supuesto, el personal sanitario e investigador, las que se encargan de la educación, de la atención a los mayores, las personas que limpian, las que barren, las que recogen la basura, las que van cuidando de casa en casa, las que te sirven, te cobran y te llevan la compra a tu domicilio, las que transportan, las que te informan (cuando lo hacen desde la verdad aunque contengan crítica), agricultores y ganaderos, hortelanos cercanos, temporeros, quienes cuidan su familia y su casa… las que desde su puesto de trabajo se afanan por cuidarte, las voluntarias que convierten su tiempo en auxilio,... las que fabrican el papel del culo,… Los niños empapados y enmamados de encierro, los jóvenes en su forzado paréntesis, los mayores en su incertidumbre, los ancianos en su aislado asombro,... Los trabajadores que trabajan y los que no pueden trabajar. ¡Claro, tú ya lo sabías, no necesitabas este encierro!

El sembrador. Vicent Van Gogh. 1888

Por la orilla del mar . Pierre-Auguste Renoir. 1883
Todas y cada una de las personas nos hemos convertido en importantes, en imprescindibles, la salud de una depende de lo que haga la otra, la vida de unas en manos de las otras, los servicios más básicos de todas dependen de lo que hagan otras. Pequeños gestos de cada persona hacen de este lugar un mejor lugar y de este momento un mejor momento. Un mejor mundo depende también de ti. ¡Sí, así de importante!

La verdad también se ha hecho importante. Cierto que hay varias verdades, distintos puntos de vista que no siempre coinciden. Reconocer esto ya supone un avance importante, distinguirlo de la mentira resulta fundamental, necesitamos vacunarnos contra la mentira como arma interesada, venga de donde venga. Imprescindible tener en cuenta los distintos puntos de vista y llegar a acuerdos para vivir, para vivirnos conviviendo, para vivir sin desvivirnos unos para que vivan otros. Dejar de vivirnos con el ceño fruncido, que las únicas arrugas nos salgan de sonreír. ¡Así me gustas, con esa sonrisa puesta y buscándote las arrugas!


La lechera, Johannes Vermeer. 1660
Imprescindible el pan de cada día para vivir y no menos importante una rosa, alguien a quien cuidar, una ilusión, un sueño,… para tener para qué vivir. Por eso la cultura, el deporte, el ocio, las relaciones sociales,… encontrar tu lugar en el mundo, un guiño oportuno,... también resultan necesarios. Cada persona nos hace falta. ¡Tú nos haces falta!


Ahora ya sabemos qué personas son importantes. ¡Qué lo urgente deje paso a lo importante, a lo necesario! Tú, tú eres importante. Tú eres necesaria. Tú eres imprescindible y también esa persona que tienes a tu lado. ¡Vamos a cuidarnos!

Las palmas de hoy para todas las personas importantes.
Hoy aplaudimos también por ti.

Albalate de Cinca. 22-04-2020

Enfermera asiste a heridos en un hospital militar soviético. Sophia Uranova . 1962



RETOMAMOS ACTIVIDADES

 CANTAMOS, ANDAMOS Y NOS VAMOS DE VIAJE.