Cuando hay mucho ruido
se agradece el silencio.
Llevábamos
dos meses mandando mensajes diarios, mensajes de ánimo, de
agradecimiento, de esperanza,... y también de sorpresa, de tristeza
y rabia. Mensajes que se mezclan con los que aparecen en los medios
de comunicación, en las redes sociales, en las conversaciones a
distancia,… Mensajes cruzados, a menudo enfrentados, no pocos
malintencionados, algunos manipulados y demasiadas mentiras
disfrazadas de verdades. ¡Demasiados mensajes!
Tal
vez por eso, hemos hecho un hueco al silencio. Unos días callados.
Unos días madurando todo lo que nos está pasando, dar tiempo a
poder cerrar la boca de asombro que se nos ha quedado. No hemos
desaparecido, seguimos aquí. Seguimos con prudencia. Esto no ha
acabado. Tenemos muchas ganas de salir, de juntarnos, claro. De
mirarnos a la cara y contarnos.
Contarnos y que no falte ninguno.
Días
duros, sí. Días para engordar en sabiduría, humildad, en ternura
y consideración hacia los demás. Días para convencernos de que lo
que hacemos cada uno de nosotros resulta importante para todos los
demás. Cuidarse uno mismo se ha convertido en un acto de
generosidad. Cuidar a los otros en una medicina más. Cuidar a los
que cuidan la mejor vacuna contra cualquier enfermedad, incluso
contra los virus del egoísmo y del “valgo más que tú”.
Cuidar a los
que cuidan la mejor vacuna
contra cualquier enfermedad.
PROMESA DE UN NUEVO DÍA. |
Por
eso, en El Recreo vamos a esperar un poco más para reanudar nuestras
actividades, vamos a esperar un poco más para juntarnos, pero eso no
va a impedir que estemos en contacto, a través de esta página, a
través de los móviles, a través de los teléfonos fijos. No dudes
en llamarnos, escribirnos o echarnos un grito, seguimos contigo.
Queremos que estés a solas solo cuando tú lo decidas.
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¡Nuestra
mejor medicina eres tú!
La
Junta de El Recreo. 22 – 05- 2020