...VAMOS A SOÑAR HACIA DELANTE!
- ¡Holaaaaa!
- ¡Hola, vecina!
-¿Cómo estáis?
-
Acostumbrándonos. ¡Qué remedio!
- ¿Y vosotros?
-
Añorando algunos abrazos, algunos gestos, algunas miradas, algunas
cafés compartidos, algunas andadas, algunas sonrisas entrelazadas,
algunos gritos infantiles en la calle,...
- ¡Ah, claro, como todos!
-Añorando
también claridad, claridad delante y a las espaldas. Añorando salir
de esta ya. Y añorando saber a donde vamos.
CARBONEROS VECINOS EN CONVERSACIÓN |
-
¡Quién sabe a dónde vamos! Parece que se ha moderado la
prepotencia artificial del ser humano, que no está mal. Ahora me da
miedo la irrelevancia, puede ocurrir que la mayoría de los
individuos pasemos a ser prescindibles, inútiles, limitados a un
chip instalado bajo la piel, al arbitrio de unos pocos
envalentonados. La remodelación y el rediseño de la vida conocida
quizá ya ha comenzado. Y no sabemos a donde vamos.
-
Pero tú ¿qué estas leyendo? No entiendo nada de lo que dices, ¿en
qué idioma me hablas? parece que acabas de venir de la capital.
Inútil lo serás tú. Que todavía no se han inventado máquinas
que sepan cuidar. No sabes lo que dices.
-
Digo,... que problemas tenemos, sí. Errores cometemos, claro.
Peligros muchos y de todas clases. Centrarnos en desacreditar lo que
tenemos sin debatir lo que queremos, sin alternativa, no parece muy
inteligente.
-
Eso sí lo he entendido, que tal como estamos nos podemos quedar sin
techo, sin suelo, sin aire para el resuello. Y ya sin techo,
cualquier paraguas abierto vale para protegernos y el palo para
golpearnos. No necesitamos pesadillas, nos hacen falta sueños hacia
delante, que si no, quienes vienen detrás lo tienen crudo.
-
Oye vecina, que tú también sabes hablar muy claro y muy bien. Me
gusta eso de soñar hacia delante.
-
Y se me entiende ¿verdad? Porque tú eres tan lista que a mi me
cuesta entenderte.
-
Bueno, no te hagas la tonta que veo que sí que me has entendido.
-
Entiendo lo que entiendo, que no sé si es lo que quieres decir. Me
parece que quieres decir que lo que está pasando es tan importante
que puede que sea parte del principio de una nueva manera de vivir y,
sin embargo, estamos criticando, poniendo a caldo todo lo que está
pasando, insistiendo en lo que tenemos de malo, en lo que hacemos
mal, repartiendo culpas y dando palos por todos lados, en lugar de
centrarnos en hacia dónde queremos ir y por qué camino. Vamos, que
estamos haciendo un pan como unas tortas.
-
Ves como sí que lo has entendido.
-
Me cuesta, porque empleas unas palabricaaaaas…
- Yo
creo que nos vamos dando cuenta de las cosas buenas que tenemos y
también que se han cometido muchos errores, errores colectivos que
nos han llevado a esta situación tan dramática. Pero cualquier
crisis encierra una oportunidad.
-
¿Ves como hablas? Así no se te entiende. Quieres decir que
“Tropezar y no caer es dar tres pasos a la vez” y que “Lo que
no mata engorda”.
-
Bueno, eso. ¡Qué ha llegado el momento de construir un nuevo
relato para nuestra existencia.
-
¡Otra vez, “vuelta la burra al trigo”! ¡Qué a ver si
espabilamos! ¡dilo claro! ¡Qué aprovechemos el parón para
ponernos las pilas!
-
Sí, pero para enmendar pasados errores y hacerlos desde la
participación y el consenso.
-
¡Que síiiiii! Que si no... “p’a este viaje no hacia falta
alforjas”
- A
eso voy, como tu muy bien dices ¡Soñar hacia delante! Construir
nuevos sueños que nos hagan crecer.
-
Sí pero... “A dios rogando y con el mazo dando”. Además de
soñar hay que hacer. Empezando por cuidarnos, a nosotros mismos, a
los que tenemos al lado, a todos los que la cara están dando.
- Lo
has dicho muy bien, no hay máquinas para cuidar, ni chips para
querer.
-
Calla, calla. Ahora vamos a aplaudir. Aplaudir con el alma. Por los
que están defendiendo nuestros sueños. Por que todas podamos
mantenerlos despiertos. Pero aplaude,... que no te oigo.
Albalate
de Cinca. 15-04-2020
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