APLAUSOS QUE SE
HACEN ABRAZO.
Monotonía.
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Leo este poema de mi amigo Emilio. Luego,giro
mi propia monotonía pegada al imán de la nevera y me dirijo a la ventana a
asomar mis dudas. Los amoríos de las palomas siguen ajenos a las
noticias, incluso a mi presencia, y mi cristal no se libra de otras
consecuencias de su existencia. ¡De la caca, sí ! Juegan al
escondite las tórtolas, llamando con su cucú insistente.
Estorninos que te engañan con sus sonidos, pero… si es que me he
mirado el móvil pensando que me llamaban, ¡serán….! ¡Qué bien
lo imita el “joido” pajarico! Golondrinas, aviones y vencejos,
con vuelos centella, limpian de insectos el cielo de la calle, tan
atrevidos que llegan a rozarme. En aquella rama, unas cardelinas.
¡Mira la pareja de carboneros llevando alimento a su nido! Las
cigüeñas, los milanos, algunos patos volando hacia el río,…
levantan mi mirada hacia esas nubes que salpican un azul que se
estira hasta que se sonroja, cuando el sol se oculta tras las Ripas.
Me cuesta volver a mirar hacia abajo, perdida mi vista en aquellas
formas que fascinan. En la calle,... no hay nadie. La flor sigue
abriéndose paso en el asfalto, ...y me dicen a mi tozudo, ya
quisiera yo esa tenacidad, esa fortaleza, sin perder la ternura, la
delicadeza, sin arrugar tan siquiera su belleza.
Hoy
se abierto en el jardín una rosa. No voy a cortarla. Que sigue su
vida al otro lado, unos instantes hay afuera valen más que una
larga condena en un jarrón. Ahí tiene sus breves visitas aladas,
mantiene sus pétalos, sus hojas y sus espinas, se hace testigo mudo
del nacimiento de otras rosas besadas por el mismo rocío de la
mañana. ¡Oye! Que me he enterado de que las plantas se comunican,
se cuidan entre ellas, colaboran. ¡Mejor que muchos humanos! Saben
enraizarse fuertemente a su tierra y emplean su energía para
florecer, para liberar sus semillas en el aire y volar a otros
lugares. ¡Piden tan poco! ¡Nos dan tanto! ¿Existirá el alma de
planta?
Ahora
veo mi reflejo en la ventana. ¡Tengo que cortarme este pelo! ¿Y
esta arruga...? ¿Estas ojeras…? No tengo muy buena cara ¿Habré
cogido el bicho? Mi nieta me dice que tengo ¿hipo...que?
Hipo...condría, ¡eso! Pero no sé muy bien qué es. Hipo no
tengo. Estaba mejor cuando me movía por ahí fuera. Me voy a tomar
la tensión. Me voy a poner el termómetro. Me voy a sentar en el
sillón,. ¡Ay, qué se me acelera el pulso! ¡Ay, qué me canso!
¡Ay, qué me pongo mal!
Voy
a tomarme un infusión. Tengo que comprar azúcar. Mañana salgo.
¡Mejor que no! Necesito un abrazo y no tengo congelados. Necesito
un beso y guardados no tengo. Llamo y que me traigan lo que empleo ¡A
ver si suena el teléfono! Espero. Hoy no me ha llamado nadie.
¡Llamo luego!
Paso
por la nevera, giro mi monotonía pegada al imán y me dirijo a la
ventana a asomar mis dudas. Parece que me ha entonado la infusión.
¿Cuando se acaba esto? Por la calle,... nadie. ¡Vecinooooos!
...Nadie. Es que es muy pronto, falta mucho para los ocho. ¿Qué
pasará cuando esto acabe? ¿Podré volver a abrazar? ¿Podré
recibir besos? ¿Podre verme mi cara reflejada en ojos ajenos? ¿Podré
en una reunión echarme un cuesco y disimular sin miedo? Por cierto
¿Se contagiará el virus a través de los pedos? ...¡Seguro que
todo irá mejor! ¡Espabilar, por dios!
Pasa
un gato. La palomas no paran. Las golondrinas. Los trinos. Allí
salen unos ababoles. Nubes y claros. Se empiezan a oír ventanas que
se abren. ¡Vecinooooos! ¡Holaaa! Ahora me responden. ¿Cómo
estáis? ¡Qué ganas tenía de hablaros! ¡Qué larga es la
soledad! ¡Mandadme un abrazo en forma de aplauso! ¡Qué ya lo
necesito! Aplaudir a los de cada día, sí. Y guardarme alguno para
mi, para quienes estamos solos.
Albalate
de Cinca. 16-04-2020
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