HOY ES LA CELEBRACIÓN LO QUE VA POR DENTRO.
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¡Hola, ya vuelvo!
-
¡Si que has tardado!
-
Había colas en la tienda.
-
¿Mucha gente?
- La
cola larga. Las colas de hoy no se parecen a las de otros años. No
he visto quintos comprando, vestidos con camisetas personalizadas,
salpicando sin temor su alegría, celebrando su crecimiento y
dispuestos a levantar el chopo que lo simboliza.
-
¡Estarán buenos! ¡Cómo para bromas! Esta frustración, después
de los esfuerzos colectivos, que los desgasta, porque no todos ponen
lo mismo,... a algunos les costará aceptarlo.
-
¡Cierto! Ahora lo llevarán muy mal y luego se darán cuenta de que
no han dejado de crecer, que igualmente han cumplido o van a cumplir
su mayoría, solo pospondrán su fiesta. Y el pueblo volverá a
abrazarlos en su nueva etapa, ayundándoles a estirar para ponerlos
tiesos, para incorporarlos al mundo adulto. Esta aventura
extraordinaria, que hoy les impide la celebración, les ayudará a
crecer. Tendremos adultos más maduros.
-
Bueno, bueno, eso de adultos... vamos a dejarlo, que conozco a muchos
de taitantos años que siguen en su adolescencia.
-
Je, je, en eso tienes razón, la adolescencia empieza ahora muy
pronto y a algunos ya no se les acaba.
ÁRBOL DE MAYO. FRANCISCO GOYA. |
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Hablando de años. ¿Sabes qué día es hoy?
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Sábado.
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Sí, sábado. ¿Qué sábado?
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Hoy, hoy es… ¿Hoy es 11?
-
11, 11, hoy es 11 de abril.
-
¡Cierto! No me acordaba de que estamos a 11. Taitantos años
juntos.
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Y... ¡Se te ha olvidado!
-
¡Qué no se me ha olvidado! Me acordaba. Lo que no me he dado
cuenta que hoy, precisamente hoy, es 11. Esta situación hace que se
me trafuque el calendario.
-
¡Que ya chocheas!
-
Sabes que no se me ha olvidado nunca. Hoy no vamos a dejar de
celebrarlo.
-
¿Tienes algo que celebrar? ¡Con lo que está cayendo!
-
¡Claro que tenemos que celebrar! Taintantos años juntos, sin
arrepentirme ni un momento, ni siquiera en los momentos de espinas.
Estamos encerrados, ¡sí.! Estamos encerrados juntos. Tenemos
miedo, ¡sí!. Tenemos miedo juntos. Podemos besarnos, abrazarnos,…
gritar, llorar juntos y “cuando l'uno caye l'otro ha de
bantar”. El pecho me sigue brincando al tenerte cerca. Ni con
este virus, ni con la cuerentena, ni con la incertidumbre de lo que
venga “Lo nuestro querer no se crebará”. No lo
dudes, para nuestro cariño no se ha hecho de noche, si acaso, una
noche amable para acurrucarnos en la intimidad y seguir poniendo
nombres a las estrellas.
-
¡Zalamero! Dices esas tonterías porque se te había olvidado.
¡Qué se te ha arrugado hasta la memoria!.
-
¡Calla, mentirosilla! Que hasta las orejas se te han puesto royas.
¿No crees tú que podemos celebrarlo?
-
¡Claro que vamos a celebrarlo! Mira, que tengo guardada esta botella
de vino que te gusta para abrirla en la cena.
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Hoy no tengo regalo. No he querido encargar nada, para que no
entrara en casa lo que no tenemos, para que nadie se arriesgara a
pillar nada traiéndolo a casa. Ya habrá otros momentos.
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Ya tenemos regalo: El estar juntos y sanos.
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Brindaremos por nosotros, por los que están solos, por los que les
separa la distancia, por los que les rebosan las lágrimas, por los
que les pilla trabajando, por los que se les nubla el horizonte,…
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Y brindaremos porque esto se acabe pronto, por la salud la física y
psicológica, por volver a un mundo mejor, un mundo que sabe cuidar y
respetar a niños, jóvenes, mayores y viejos, que sabe cuidar y
respetar a los diversos universos.
- Y
porque se vuelva a levantar… el chopo digo. ¡Salud!
Albalate
de Cinca. 11-04-2020
Salomon van Ruysdael: Taberna con el árbol de Mayo (1664. Museo de Bellas Artes de Budapest) |
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