PUES... NOS HACEMOS NIÑOS.
Los
niños sabemos
disfrutar, aislarnos del mundo en nuestros juegos, olvidarnos de todo
mal. Pero ¡Jolines! también
tenemos nuestros malos ratos.
Nos damos cuenta de las cosas, con esa
forma especial de mirar poniendo el alma en cada uno de nuestros
sentidos. Vemos
las caras tristes y enfadadas de
los papás, oímos sus conversaciones
preocupadas, nos falta el abrazo con nuestros amigos, todo huele a
lejía y alcohol, nos llega el sabor del miedo, se nos han roto
todas las rutinas cotidianas, notamos las ausencias,...… y la calle
ni pisarla,... y no perdemos la risa. ¡Ay que risa, tía Luisa!
Dibujo de Mikel de 5 años. |
Aunque no se dan cuenta, les escuchamos y no siempre tienen razón, hemos aprendido que la culpa de esta
enfermedad que llega a todo el mundo, no la tiene las personas. Los
niños muchas veces echamos la culpa a los otros de aquello que se ha
roto, es natural, es una manera de sacar nuestra rabia, también los
mayores lo hacen alguna vez. Pero nosotros ya sabemos, que los
vecinos no tiene la culpa, ni los que van por la calle, ni los que trabajan, ni los que no
pueden trabajar, ni los que mandan, ni los chinos, ni los americanos, ni los
políticos que no le gustan a mis papás.
Todos
podemos hacer un poquito para que esta enfermedad desaparezca, ponerle una tirita o, al
menos, para pasarlo mejor. Los niños sabemos disfrutar, sabemos
vivir el momento, dedicar todas nuestras energías a lo que estamos
haciendo, sacar la alegría a cada momento, contagiar nuestra
ternura, provocar una sonrisa y motivar a los mayores para trabajar
por un mundo mejor. Un besito para que se cure este mundo enfermo.
¿Y
SI TODOS LOS ADULTOS OS CONVERTÍS EN NIÑOS ALGÚN MOMENTO?
¡Hombre, convertirse en niño a estas alturas es bastante difícil, ni que sea por un momento! La "mochila" pesa lo suyo. Quizás echar mano de lo mejor de nosotros mismos. A eso me apunto.
ResponderEliminar¡Apuntado!
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